12 mar 2014

TODO QUEDÓ ATADO Y BIEN ATADO




















En 1980 Emilio Hellín Moro ayudado de otros fascistas de Fuerza Nueva secuestraron a  Yolanda González de 19 años, militante del Partido Socialista de los Trabajadores. Tras detenerla en su apartamento, fue interrogada por su supuesta aunque errónea vinculación con el comando Madrid de ETA, para más tarde dispararle tres disparos en la cabeza en un descampado. Emilio Hellín fue el único procesado y se le condenó a 43 años de cárcel. Pero gracias a sus amistades en la Policía y en Instituciones Penitenciarias, consiguió un permiso de seis días que aprovechó para huir a Paraguay dónde fue localizado por un equipo de investigadores de Interviú.

En 2013 gracias de nuevo a una investigación del periódico el País se ha descubierto que aunque ha cambiado su nombre a Luis Enrique Hellín, este asesino trabaja como asesor del Servicio de Criminalística de la Guardia Civil. Participa en investigaciones judicializadas sobre terrorismo y delincuencia, imparte cursos de formación a agentes de la Guardia Civil, la Policía Nacional, el Ministerio de Defensa, Ertzaintza y Mossos d’Esquadra. Da conferencias a miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en organismos oficiales y cobra por estos trabajos directamente del Ministerio del Interior.