Entrevista realizada el 18 de Octubre de 2010
DAÑOS COLATERALES: Siempre nos hemos quejado de la escasez de ayudas institucionales a las artes plásticas o visuales en España. ¿Cuál es su diagnóstico del panorama institucional del arte contemporáneo en Madrid?
LURDES FERNÁNDEZ: Creo que queda mucho por hacer y me temo que tampoco hay perspectivas de que la situación vaya a cambiar. La forma en que desde la institución y la política se aborda el papel de la cultura en la sociedad en general ha estado y está marcada por el oportunismo y la instrumentalización y por supuesto Madrid no es una excepción.
Si las artes visuales se tomaran en serio, si se les otorgara valor, se habrían puesto en marcha planes de apoyo a medio y largo plazo. Sin embargo no he visto desde el año 95 en que vine a vivir a esta ciudad un solo gobierno de la Comunidad Autónoma o del Ayuntamiento de Madrid que haya dedicado esfuerzo a pensar y diseñar políticas culturales tomando en cuenta el entorno, la educación, la ciudadanía y los agentes culturales. En su lugar, si he sido testigo de políticas erráticas, contradictorias, insuficientes, sin relación con la educación de públicos y profesionales y que consecuentemente malgastan en muchos casos el escaso dinero que se asigna al sector.
¿Qué políticas están desarrollando la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid? Salvo pequeñas excepciones que se producen gracias a la inteligencia y el valor de los equipos que las crean o gestionan, han apostado por la creación de grandes contenedores culturales y por el desarrollo de acciones que generan visibilidad mediática. Programas que sirven a fines electoralistas, con un especial énfasis en la puesta en marcha de actividades efímeras como la Noche de los teatros, la Noche de los libros, la Noche en blanco … eventos espectaculares que consumen una gran cantidad de recursos y desaparecen como fuegos fatuos, sin crear tejido cultural.
Por otra parte, lo que estamos observando en todo el país, a raíz de la crisis económica, es que desde las instituciones se está intentando cambiar el modelo cultural. Del francés, que se basa en el sostenimiento público de la cultura, al anglosajón que opta por el patrocinio privado. Pero lo que no se tiene en cuenta es que para cambiar la mentalidad de mecenas y empresas en nuestro país, hace falta tiempo y establecer las condiciones para que se produzca, una ley de patrocinio generosa, por ejemplo, y que contemple ventajas no solo para apoyar los grandes proyectos sino también los proyectos independientes.
DC: ¿Qué se puede mejorar?
LF: Lo que creo que deben hacer las instituciones en primer lugar es dedicar tiempo y esfuerzo a discutir y consensuar con la ciudadanía y los agentes culturales la política cultural que queremos para nuestra ciudad/comunidad. Personalmente opino que, en contra de lo que ocurre en Europa, los gobiernos de turno de Madrid se dedican a programar la cultura que los ciudadanos han de consumir, en vez de financiarla allá donde surge. De esa forma ¿puede darse una cultura crítica con el poder y el sistema o nos estamos limitando a programar entretenimiento más o menos sofisticado?
DC: ¿Cómo definiría su proyecto? ¿Qué tipo de iniciativas o artistas tienen cabida en su espacio? LF: Solemos decir que en Off Limits prestamos atención a proyectos que cuestionan la realidad contemporánea. Para ser más concreta, el corazón de nuestro proyecto lo conforman dos líneas. Por una parte propuestas artísticas contemporáneas, principalmente dentro del campo de las artes visuales, que planteen algún tipo de crítica o propuesta en torno al sistema en que vivimos. En este sentido hemos coproducido en Off Limits proyectos como InterAcciones Electorales, El Instante de la Memoria, Creador de Dueños, 6 euros y hemos acogido programaciones de grupos como Eleusis, Pornolab o Dorkbot. Por otro lado nos encanta alojar propuestas de carácter muy diverso, desde performances a programas de vídeo, que creemos que tienen calidad, aunque sean minoritarias y necesitan apoyo para seguir vivas. Últimamente estamos apoyando algunos proyectos escénicos, porque nos interesa mucho el territorio híbrido que están generando coreógrafos e intérpretes.
Por otra parte, si hablamos de formato, frente al formato expositivo, nos estamos decantando por proyectos que nos permitan seguir los procesos artísticos más atentamente, desde su concepción. Llevamos ya tres residencias artísticas, con Olga Mesa, Beatriz Fernández y Paloma Calle y en estos momentos estamos en plena ejecución de “Hola, estás haciendo una peli”, un proyecto de película colectiva que involucra a vecinos del barrio de Lavapiés.
DC: ¿Cómo espacio “alternativo” a qué dificultades se enfrentan?
LF: Creo que los problemas a los que se enfrentan los proyectos independientes son sostenibilidad, visibilidad, profesionalización, capacidad de apoyar de forma efectiva a los artistas y proyección exterior.
En nuestro caso, la experiencia ha hecho que adquiramos profesionalidad y que acabemos siempre encontrado vías de visibilizar nuestra acciones. Últimamente estamos también consiguiendo estupendas conexiones con Latinoamérica principalmente. Pero nuestro auténtico problema son los fondos. La falta de medios nos coloca en una situación de precariedad que nos obliga a trabajar dedicando a los proyectos menos tiempo y atención del que necesitan, y lo que es peor, estamos teniendo que renunciar a uno de nuestros principios fundacionales, el pago a los artistas. La precariedad agota, por eso es tan difícil que los proyectos independientes sobrevivan mucho tiempo. Para que os hagáis una idea, en Off Limits se desarrollan alrededor de 70 actividades anuales con un presupuesto de unos 25.000€. Todas las actividades son gratuitas y en el equipo somos como mínimo dos personas …. Complicado, ¿no creéis?
DC: En su opinión ¿Existe una escena bien estructurada y “alternativa” a la institución en Madrid, o se trata más bien de proyectos y espacios puntuales de resistencia?
LF: Consecuentemente con el panorama que he pintado en la primera pregunta, la escena “independiente” ni está bien estructurada ni es una alternativa real a la institución. Partamos de la base de que es muy difícil sobrevivir generando proyectos en condiciones de precariedad. La escena alternativa madrileña siempre ha sido rica y ha generado proyectos fantásticos, como Espacio P, Fast Food, El Ojo Atómico, Doméstico y muchos otros que no me voy a poner aquí a enumerar, pero con la misma energía que surgen, desaparecen, porque el voluntarismo no dura para siempre.
Creo que son espacios puntuales de resistencia, que generan propuestas minoritarias y que difícilmente pueden ser una alternativa real al poder efectivo de las instituciones. Por poner un ejemplo, el posicionamiento de la plataforma de los AAIM (Agentes artísticos independientes de Madrid), en contra de La Noche en Blanco en 2009, bajo el lema “364 noches sin blanca” o el de la plataforma DI NO A LA NOCHE EN BLANCO este pasado septiembre, han sido importantes e incluso han tenido repercusión en prensa, pero si los comparamos con el eco que obtiene el Ayuntamiento de Madrid, vemos que su alcance es muy minoritario, aunque esté abriendo una pequeña grieta en la percepción que el público tiene de La Noche en Blanco.
No obstante, creo que esta crisis que es una puntilla más al mundillo independiente, puede producir el efecto positivo de generar más estructura. Off Limits forma parte de la plataforma de los AAIM que acaba de constituirse como federación y que agrupa a Acción MAD, Arrebato, Brumaria, Cruce, Hablar en Arte, InSonora , La Enana Marrón , La Más Bella, Liquidación Total, Off Limits y Menosuno. Una vez dado este paso es mucho más fácil empezar a abrirse a otros proyectos y otros sectores. La fuerza de la cultura independiente está en que nos agrupemos.
DC: ¿La actual situación de crisis económica está afectando a los espacios del arte de Madrid? ¿Se están recortando subvenciones y ayudas?
LF: Por supuesto que está afectando. En primer lugar, las únicas ayudas específicas que recibimos los espacios de Madrid, son las que convoca Matadero. Aunque parezca increíble, la Comunidad de Madrid ignora sistemáticamente la cultura independiente. En vez de cumplir con su obligación de proteger la cultura que existe, que se está generando cada día en la comunidad, prefiere la baza más segura de pagar formatos estándar, productos enlatados en forma de “noches temáticas” que solo generan recursos para las empresas a las que se encargan.
Pues bien, las pocas ayudas que recibimos, este año se están retrasando. Aún no hemos cobrado la correspondiente al año 2010, os podéis imaginar lo que eso significa. Estamos retrasando programación, pero creo que las instituciones están aprovechando la crisis para verse libres de una serie de elementos con los que tienen que confraternizar pero que a la larga le resultan molestos.
La previsión que nos comentaba un responsable municipal recientemente, es que las ayudas de Matadero se reduzcan para el año próximo en un 20%. Si a un gran centro le reduces su presupuesto en ese porcentaje, reducirá programación y seguirá adelante. Para los proyectos independientes esa bajada puede suponer su desaparición porque nos encontramos ya en una situación límite.
DC: ¿Por qué muchos de estos espacios tienen una vida tan corta?
LF: Si nuestra base es el voluntarismo, si no podemos hacer planes a medio plazo porque las subvenciones no van más allá de un año, y si el poco dinero que recibimos no llega, hace falta mucha energía para seguir adelante …. Y la energía no dura para siempre.
DC: ¿Los canales que existen actualmente para visibilizar el arte contemporáneo le parecen suficientes? ¿Puede cambiar algo la facilidad de acceso a la comunicación por Internet en cualquier parte del mundo?
LF: Yo cada vez creo menos en el formato expositivo, que es uno de los grandes canales de difusión del arte contemporáneo. En cuanto a la prensa escrita está inmersa en una crisis profunda, de forma que cada vez le resulta más difícil defender las páginas de cultura y la calidad de los contenidos. En nuestro país tenemos la asignatura pendiente de que exista un canal cultural en la televisión pública, lo que parece que a pesar de el último intento no va a acabar de ocurrir.
Efectivamente Internet es la gran baza, tan potente que incluso está influyendo en el cambio de formatos del arte contemporáneo. Todo aquello que sea susceptible de ser transmitido por la red tiene hoy en día muchas más posibilidades de sobrevivir.
DC: ¿Qué tipo de público acude a su espacio? ¿Qué porcentaje de público no tiene relación directa con el arte y qué porcentaje la tiene?
LF: Una gran parte de nuestro público es especializado, interesado en arte o cultura contemporánea.
No obstante en Off Limits hacemos convivir actividades artísticas y no artísticas, y eso produce el cruce de públicos. Por ejemplo una persona que viene a una sesión de Pornolab, Invernadero o Eleusis, se encontrará con que en el espacio hay una exposición artística a la que de otra forma no hubiera ido. En proyectos como el de “Hola, estás haciendo una peli” estamos trabajando con alrededor de 400 personas, en su gran mayoría ajenas al mundo artístico.
Es difícil establecer porcentajes, pero quizás podríamos hablar de un 60% de público especializado y 40% que no lo es.
DC: ¿Sus exposiciones reciben atención de prensa y medios de comunicación especializados?LF: Nos cubren mucho los medios generalistas pero es muy raro que un medio especializado lo haga, el por qué es un misterio para mí.
DC: ¿Tiene su espacio relación con estudiantes de Bellas Artes?
LF: Nuestra relación con los licenciados se produce desde varios puntos de vista: somos formadores, acogemos una muestra anual del trabajo de alumnos de un master y los licenciados asisten a nuestras actividades como público.
Lo que nos extraña es que una gran mayoría de estudiantes de Bellas Artes no tengan curiosidad por saber que ocurre en la escena independiente de la ciudad, cuando precisamente tiene más que ofrecerles que otras estructuras.
DC: ¿Hasta qué punto cree que ser licenciado en Bellas Artes hoy en día ayuda a abrirse paso en el sistema profesional del arte?
LF: En cuanto a la formación, no creo que sea necesaria, hay estupendos autodidactas, pero lo que es indudable es que señaliza una serie de caminos que favorecen la inserción en el mundo laboral.
DC: ¿Qué opinión le merece el estado actual de las Facultades de Bellas Artes? En caso de conocer el sistema educativo que se lleva a término en algunas de ellas ¿qué le parece? y, por extensión, ¿el de sus Licenciados?
LF: No creo que mi opinión sirva de mucho en este punto, no me he formado aquí y no las conozco demasiado. En general lo que aprecio desde un punto de vista externo, es que muchas de ellas no cuentan con profesores que sean artistas en ejercicio, y esa transmisión de conocimientos a los alumnos de lo que realmente sucede fuera del ámbito protegido de la Universidad es fundamental.
DC: ¿Cree que es necesaria una mayor vinculación entre las Facultades de Bellas Artes y el contexto profesional del arte? Es un objetivo básico de la Convergencia Europea que afecta a la reforma educativa en la que estamos, y que tiene sus detractores, que no ven bien que la universidad se desarrolle en función del mercado, no del conocimiento ¿Cuál sería su postura ante este debate?
LF: Me parece esencial que exista relación entre la universidad y el entorno profesional del arte. Con eso no quiero decir que la formación que se de en las universidades esté condicionada por el sistema comercial del arte hasta el punto que se enfoque solo a la producción de obras que encajen en el circuito comercial o en las modas artísticas del momento. Eso sería quebrar el propio hecho artístico. Ahora bien, creo que una gran parte de las Facultades de Bellas Artes de nuestro país se han aislado en exceso del entorno social y económico del arte, hasta el punto de no aportar a los estudiantes una formación útil y actualizada.
DC: En caso de que crea necesaria esa vinculación con la utilidad práctica de los conocimientos ¿Qué posibilidades cree que habría para que existiera una mayor vinculación con la sociedad, o para potenciarla?
LF: Uffff!
No hay comentarios :
Publicar un comentario